La mayoría de nosotros somos personas corrientes que tenemos días buenos y días malos. Nuestras vidas son radicalmente ordinarias y poco emocionantes. Eso significa que son la clase de vidas que a Dios le fascinan. Mientras que el mundo alaba la belleza, el poder y la riqueza, Dios oculta su gloria en lo simple, lo trivial, lo insensato, y actúa en personas, cosas y lugares sin ningún esplendor. En nuestra época de adoración a los influentes y de presunción virtual, esta es una forma novedosa, incluso transformadora, de entender a Dios y nuestro lugar en su creación. Nos insta a apreciar una vida de sencillez, a amar a aquellos a los que el mundo ignora, a trabajar por la gloria de Dios antes que la nuestra. Y demuestra que Dios siempre ha sido el Señor de la cruz: un Salvador que esconde su gracia en lugares sin encanto ni gloria. Tu Dios es demasiado glorioso les recuerda a los lectores que, si bien una vida tranquila puede parecerle insulsa al mundo, Dios tiende a usar a las personas comunes y corrientes para llevar a cabo su labor más importante. Al final de cada capítulo, Chad Bird invita al lector a profundizar en la búsqueda de la vida fiel y ordinaria con preguntas de estudio para uso tanto personal como grupal.